DIARIO DE UN SUICIDA CLASEMEDIERO I

Desde temprano, presentía que no sería un día común. Algo me rescataría de la rutina, que envolvía mi gris existencia. Obviamente, ataviado con mi playera Polo by Ralph Lauren de 57 dólares y enfundando unos tenis Naútica de 93 dólares, salí de casa imaginando el caos citadino y la torpeza de los conductores, al intentar llegar a sus odiosos trabajos.
¿ Y si mandara todo al diablo, y fingiera ser un escritor interesante ? ¿ Qué me ata a la estúpida cotidianidad, a ser benevolente con los demás, y pretender ser un tipo conservador que únicamente se preocupa por el bienestar mas light ?
La respuesta a estas preguntas, solo era un tic-tac inmerso en mis neuronas. Símbolo inequívoco de que el tiempo es mas importante que toda la mierda conceptual, que mi mente fabrica.
¿ Tendrá algún sentido el ser tan reflexivo ?... El analizar y dar mil vueltas sobre el mismo punto, deseando encontrar una solución absoluta, al desconcierto y a la duda. Podría permanecer flotando en una realidad metódica y ocuparme solo en cosas medianamente lógicas. Ojalá, mi cabeza, únicamente se guiara por la necesidad obsesiva de ser útil, de tener un empleo magnífico, una mujer reluciente y una televisión de 21 pulgadas. Comprendo que, para caminar sobre este absurdo mundo, uno debe poseer un proyecto de vida, predecible y ambicioso.
Pero, ¿ de qué huyo o que es lo que ansío encontrar ?
Otra vez, ese tic-tac invadía lo mas profundo de mi subconsciente. Signo de que era tarde, y yo debía ir al mall a comprar un traje Michel Domit, un celular mas eficiente y el último disco de Ricardo Montaner; y no debrayar en pendejadas filosóficas.
ERIK R